Llavero de Zaragoza. Lo compré YO (¡al fin!) en febrero de 2016 cuando fui en un viaje de ida-vuelta cuyo objetivo era ver la Basílica del Pilar.
Fue un día bueno, lo recuerdo con mucho cariño. Me pareció impresionante y me quedé engatusada mirando la arquitectura (sí, yo, friki de la arquitectura religiosa).
También recuerdo que encontré una tienda de galletas que tenía franquicia en mi ciudad de erasmus, Tours, de la que tanto os he hablado. Así que fue súper dulce...
Desde luego, un lugar para volver.
Besos,
Lola
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