Este llavero tiene para mí un significado muy muy muy muy especial. La primera vez que fui a esquiar en 4º de la ESO fui a Boí-Taüll, unas pistas que me enamoraron. Pues bien, en el puente de Diciembre de 2011, mi novio Andrés y unos amigos (José Luis, Erick y su novia Carla) y yo decidimos volver. La primera vez me traje un llavero en forma de ardilla, pero mi madre lo tiró sin querer. Esta vez conseguí encontrar otro llavero de ardilla que es el que veis en la foto, muchísimo más bonito, está tallado en madera, hecho a mano. Y la verdad es que es muy muy muy cuco. Me lo compré al lado de San Climent de Taüll, una iglesia que sin duda debéis ir a ver algún día. Fue un viaje magnífico, con sus pros y sus contras, pero sobre todo especial, por la gente que me acompañaba, porque le enseñé a esquiar a mi novio y por millones de cosas más.
Besos,
Lola.
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